Es una sensación que crece por momentos, que se alimenta día a día y engorda hasta tal punto que empieza a desagradar, a molestar y es una pena que vaya a más.
Estoy HARTO de tendencias, de moda, de guapas/os, de coches, de dinero, de pijos (osea), de quiero y no puedo, de fingir lo guay que se es... de casi todo en general. Toca el despertador (en el móvil de ultimísima generación) y empieza la batalla que no termina hasta que te metes de nuevo en la cama. En fin, que ya está bien. Buen día...